Esperaba a que llegué ese momento en el cual los sentimientos permanecieran apacibles. Esperaba desmoronarme en el abandono, en el silencio de los miedos, en la furia de lo reprimido.
Los arco iris jugaban a lo lejos y yo dibujaba en la tierra los mismos arco iris pero sin colores. Los momentos, eran presa del olvido, los instantes; fugaces y escurridizos. Miles de caras pasaban, miles de manos y luces brillantes. Pies pendulares en todas las direcciones, formas geométricas sostenían el caprichoso marco del cielo. Fuera de aquel sueño el juego se abre y el cielo tiene otro marco, no menos caprichoso, otra historia. Otro sueño, otro juego, otros ojos. Sonrisas que espejan recuerdos. Las ilusiones se van rompiendo y queda cada vez mas evidente la realidad. Una piel suave y rosada, un poco arrugada y delgada. La cascara de aquella herida va cayendo como el velo de maya por el que tanto sufrí en el pasado.
Me siento en casa...cada día diferente cada día otra persona, cada momento una nueva respuesta, un nuevo sentimiento. Cada risa un regalo, cada abrazo un poco mas cerca de la libertad.
Gracias
domingo, 19 de febrero de 2012
miércoles, 11 de agosto de 2010
miércoles, 7 de abril de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
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